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Yogui, Pepón y el drama de los mastines

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Me escribe Almudena, de la Asociación Protectora de Animales de Trujillo, con una llamada de atención sobre el drama de los mastines.

Y tiene razón. Galgos e incluso podencos tienen sus propias asociaciones defensoras, no hablemos ya de razas de moda como labradores y goldens, dálmatas, cockers, o yorkshires….. Volviendo a los galgos, salen con frecuencia en los medios, de ellos se hacen documentales, obras de arte, cómics… De los mastines pocos se acuerdan. Menos aún se atreven a meter estos perros en sus casas, cuando muchos de esos mastines o cruces de mastín no son mucho más grandes que otras razas de moda como el labrador o el Golden Retriever.

¿Queréis dejar con la boca abierta al personal paseando con un perro a vuestro lado por una ciudad? Pues probad a hacerlo con un mastín español o del Pirineo. No hay perros más impresionantes.

Esto es lo que me cuenta Almudena Retamosa:

Si el drama de los perros de caza es terrible, cada vez se ven más galgos, podencos, bracos o teckel de compañía, pero el drama de los mastines es mucho peor. En zonas rurales como la nuestra, sin que haya época para ello, el abandono de mastines es masivo. Nadie castra a los mastines, o casi nadie, con lo cual la población se multiplica. Es un perro de trabajo que nadie compra y todo el mundo cría, camadas y camadas que siempre colocan pero por poco tiempo.

Ya casi tienes que pedir que los maten, pero que los maten bien, no como el caso de Yogui.

En su casa de acogida. En brazos. Yogui recuperándose.

Yogui lo encontraron unos niños que iban a pescar en medio del camino, cerca del río; les siguió y al ver que cojeaba lo recogieron y lo trajeron a la protectora. Recogimos una bola de pelo y huesos y fuimos descubriendo su historia a través de lo que su cuerpo nos fue contando, con su mes y medio de vida tiene fracturas en las patas, en la mandíbula y en los metacarpianos y malnutrición y osteopenia. ¡Con un mes y medio de vida! Lo que ha pasado este pequeño no lo sabe nadie.

Así apareció Pepón.

Así apareció Pepón.

Pero luego encuentras a Pepón, tirado al lado de la carretera, sus patas no le sostienen, su mirada es noble, a las mujeres nos recibe moviendo el rabito, pero de los hombres… tira de las pocas fuerzas que le quedan y huye como del diablo, porque un diablo de hombre le ha pegado una paliza bestial. Le faltan 20 kg para estar en un peso saludable, tenemos que hacer analítica, pero no tenemos sitio donde meterle. Es un perro noble, buenísimo, muerto de miedo, de hambre, de sed y de calor, si no conseguimos nada, pronto estará muerto…

Yogui está recuperándose en una fantástica casa de acogida, pero ¿y Pepón? Si ya es difícil encontrar casas de acogida y adopciones responsables, para un mastín es casi imposible.

Yo siempre me imagino dos niños en el cole, el típico renacuajo y el típico grandote que había en todos los cursos y tengo claro que ambos tienen las mismas necesiades. ¿Por qué nos cuesta tanto entender las necesidades de los perros grandes? A mí me da la misma pena un mastín que un bichón maltés. Lo mismo es, igualito.

Los perros grandes no son de cartón piedra, ni están hechos para trabajar. Nadie esclavizaría al niño grandote sólo por su tamaño.

Yogui y Pepón necesitan padrinos, adoptantes y, en el caso del segundo, un hogar de acogida temporal.

Contacto: almudenaretamosa@gmail.com

Yo no he dedicado ningún post a los mastines, aunque muchos perros de esa raza han pasado por aquí en estos siete años (el blog ya tiene diez años, por cierto, contando con su fase previa a 20minutos). Ya iba siendo hora. Sí que he hablado de los perros de gran tamaño. Y eso es lo que os contaba:

Es una dura realidad que conoce cualquier voluntario de protectora: los perros grandes lo tienen mucho más difícil que los pequeños para encontrar un buen hogar.

Mucha de la gente que se interesa en ellos, lo que realmente buscan es una alarma de seguridad y no un compañero con el que compartir su vida. Desean un animal de gran tamaño para tenerlo en el exterior. Con suerte lo tendrán en un chalet en el que viven todo el año, la otra opción es la casa o parcela de fin de semana, condenando al perro a pasar mucho tiempo solo. Hay protectoras que se niegan por sistema a entregar a un perro si es para vivir así. Otras sí que acceden, por que lo mejor es a veces enemigo de lo bueno.

Desde aquí quiero romper una lanza por los perros grandes. No es cierto que en un piso sólo pueda haber perros pequeños. Hay perros pequeños que son puro nervio y tienden a ser como diablos de Tasmania en miniatura, todo bullicio y destrozo. En cambio hay perros medianos o grandes con complejo de alfombra que no darán ni gota de guerra. Y me hace gracia esa gente que considera una crueldad tener perros grandes en pisos pequeños. Aunque vivan en una casa de 200 metros con un jardín de 500 metros más, siempre los verás discretamente tumbados cerca de dónde esté su amo.

Depende más del carácter del perro que de su tamaño.
Y los perros grandes suelen ser más equilibrados y complacientes que los pequeños. No es una leyenda urbana: son muchas generaciones de selección genética. Los hombres no podían controlar a un perro de gran tamaño por la fuerza, necesitaban animales manejables. Y un mordisco de un perro grande es temible, debían ser perros equilibrados.


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