Laima es una galga que pasó semanas por las calles hasta que en la Asociacion Cacereña para la Proteccion y Defensa de los Animales pusieron una jaula trampa y lograron atraparla.
Tendrá tres años a lo sumo. En su casa de acogida lleva más de un mes, ha recibido tratamiento por leishmania y ahora lo tiene por erlichia. Lo tiene todo, estaba destrozada y plagada de garrapatas. Ha perdido su miedo atroz, aunque sigue siendo tímida, ya corretea y juega con su acogida.
Ttiene las orejas arrugadas como si fueran de papel, no es la galga más preciosa del mundo pero merece un hogar donde la quieran y la traten con paciencia, pues nunca tuvo una caricia hasta que fue atrapada por nosotros.
Lo cierto es que a mí me parece preciosa. Uno de esos galgos que parecen de porcelana. Y lo más importante es que Laima necesita un hogar.
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